Un secreto a voces...

  Ya conocemos todos el afán que parece tener Tomás Gómez por conseguir
ser la única persona del mundo que no agrada a nadie...

  Llevando la contraria a todo el mundo, presionando a los que no piensan
como él...incluyendo compañeros de partido que le ha retirado su apoyo y
que son acosados como si de un matón de patio de colegio se tratara...

  Es decir, ¡¡hace lo que le da la gana!!. Eso sí, esta vez se lleva la
palma...

  Aún así, no dejemos que se lleve todos los reconocimientos como
incompetente del año, también hay otra protagonista que hasta hace poco
pasaba un poco desapercibida (un poco más que Tomás quiero decir), y que
era conocida como...¡¡la rebelde!!

  Rosa Díez dijo que no se uniría ni al PSOE ni al PP porque quería hacer
algo diferente y con esta promesa consiguió un buen número de votos..

  Ella que “siempre había defendido públicamente que no formaría alianzas
ni pactos ni con PP ni con PSOE, porque aspiraba a ser la alternativa a
esos dos partidos", es la misma que dijo que "si UPyD fuese decisiva
en la Asamblea de Madrid únicamente daría su apoyo puntual a uno u otro
en función de que aceptasen nuestro programa”, la misma que ahora dice
estar "dispuesta a pactar con quién sea" siempre que sea bueno para su
partido...

  Pues bien...los dos protagonistas de nuestra historia de hoy, lo son
porque entablaban conversaciones telefónicas y físicas en reuniones
secretas, para hablar de una coalición para desbancar a Esperanza Aguirre...

  ¡A parte de ser surrealista parece de película americana de serie b!

  A mi sinceramente me parece que Rosa no sabe lo que hacer para conseguir
un crecimiento para su partido, ya que está dispuesta a todo, como dijo
Luis de Velasco (líder de UPyD en Madrid): "Estamos dispuestos a pactar
con el diablo para echar al PP..."

  Y que Tomás no sabe ya lo que hacer con tal de darse a conocer y
conseguir algún voto más que los de su familia y amigos... Lo intentó
con un caso de corrupción de su número 2 pero ni aún así le conoce
apenas nadie.


Caerse está permitido, levantarse es una obligación